Ayer se inauguró en el Museo de Arte de Lima la quinta edición del festival de cine de Europa Central y Oriental “Al Este de Lima”, que trae varias novedades que ya reseñamos en un anterior post.
Inauguración de Al Este de Lima: “Las margaritas” de Věra Chytilová
8 mayo, 2014 | Categoria Festivales |
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Las novedades de la quinta edición de Al Este de Lima
2 mayo, 2014 | Categoria Festivales |
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Del 7 al 17 de mayo se llevará a cabo la quinta edición de Al Este de Lima, festival de cine de Europa Central y Oriental que esta vez tendrá nueve películas en competencia y doce sedes en Lima (entre ellas tres al aire libre). Además, incluirá proyecciones en Arequipa, Cusco, Pucallpa; Lambayeque y Arequipa.
Si bien las películas de la competencia oficial vienen de siete países distintos, al revisar las sinopsis se descubre un común y especial interés de los cineastas de Europa del Este por las convulsionadas historias políticas de sus naciones, así como una preocupación por los conflictos étnicos y la marginación de las minorías en general.
Al Este de Lima: las películas en competencia (II)
23 mayo, 2013 | Categoria Generales |
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Continuamos con nuestro repaso a las películas en competencia de la cuarta edición del festival de cine de Europa central y oriental “Al Este de Lima“.
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Clip, de Maja Milos (Serbia, 2012)
Clip, película debut de la serbia Maja Milos se define en la línea del cine despojado e hiperrealista que se convirtió en favorito de los festivales a partir de Dogma 95, los hermanos Dardenne y Eric Zonca, y que en los siguientes años se ha ido diversificando por Europa y otras latitudes. La película narra las crudas vivencias de Jasna, una adolescente cuyo despertar sexual y actitud de rebeldía se irá desenvolviendo en un ambiente gris, casi de inercia, dentro de los barrios pobres de Belgrado.
Desde el inicio la opción queda clara aunque parece por momentos repetitiva: una especie de descenso a los infiernos en el que la moraleja parece sobrevolar latente. Pero Milos se las ingenia para sacar adelante su película. Klip roza muchas veces el malditismo pero nunca cae en él. Por más que la película juegue a presentar sexo (en apariencia) explícito o a las rondas nocturnas de alcohol, drogas y a dibujar un mundo marginal, siempre todo permanece equilibrado, como viñetas una existencia repetitiva en la que la inquietud se lleva de forma soterrada.
Ahí juega mucho la actuación de Isidora Simijonovic, la protagonista que pasea su belleza con actitud indefinible entre la desvergüenza, el desinterés y la ilusión. Esa ambigüedad del personaje calza perfecto con la apariencia errática, acumulativa, de los episodios que van componiendo ese retrato extremo de la Europa oriental actual, pero que no se detiene en regodeos o momentos de shock, salvo los que apenas son entrevistos por Jasna o por las cámaras de celular que registran felaciones, jugueteos infantiles, cuerpos agotados, o la decadencia íntima de una familia.
Pinceladas de una desesperanza que como digo rehúye las conclusiones y sentencias. Como si el demiurgo dejara pasar sus momentos para evangelizar y revelara hasta compasión, cuando no cariño. Esa identificación es donde se asientan los puntos a favor de la película. (Jorge Esponda)
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La tragedia del hombre, de Marcell Jankovics (Hungría, 2012)
Veinte años de trabajo y varios equipos de animadores le tomó al artista húngaro Marcell Jankovics adaptar el poema de su compatriota Imre Madach al formato de animación. La trama está en el título: un recorrido por la constante caída de la humanidad a lo largo de su historia. Desarrollada a través de un opulento y depurado trabajo de animación la película pretende establecer espejos comunicantes entre las 15 épocas que recorren Adán, Eva y un Lucifer que quiere demostrarles que la humanidad estará siempre condenada al fracaso por más lucha y seres altruistas que pongan empeño en ser lo contrario.
Se trata de una película exigente con el espectador; y que ofrece un curioso contraste entre la belleza de la animación y la densidad del texto, cargado de profundas cuestiones filosóficas que jalonan el texto original de Madach. Jankovics le otorga peso a dichas cuestiones; y enmarca la historia en la lucha de Dios y Lucifer por el alma del primer hombre (y por extensión, a la de la humanidad). A pesar de la caída constante y de la casi inevitable autodestrucción, Adán y Eva volverán a Dios, quien no ofrece necesariamente palabras de consuelo: Continúen luchando, continúen esforzándose por fea que se ponga la vida. La esencia de la vida humana, es en sí misma, una lucha. (Jorge Alva)
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Eres Dios, de Leszek Dawid (Polonia, 2012)
La segunda película de ficción del documentalista Leszek Dawid se dedica a narrar el proceso de creación del influyente grupo polaco de hip-hop Paktofonika, su lucha por el éxito y sus altibajos hasta los últimos días de vida de su líder y co-fundador, Piotr “Magik” Luscz. Los miembros sobrevivientes del grupo colaboraron con la producción de la película, la cual, tras su estreno y el gran éxito conseguido en Polonia levantó algo de polvareda por parte del dueño de la discográfica RRX, en el que se basa el personaje interpretado por Peter Nowak, quien acusó a la película de realizar una interpretación “denigrante” a su persona.
La película sigue la trayectoria de ascenso y caída del grupo sin mayores sobresaltos ni virtuosismos formales; casi emulando la trayectoria del “B-Rabbit” encarnado por Eminem en “8 mile” (Curtis Hanson, 2002). Algunas situaciones, como los problemas domésticos de “Magic” no son tratados de manera adecuada; y tampoco se llega a vislumbrar el gran éxtio del grupo en Polonia y su influencia entre la juventud que venía saliendo de décadas de represión bajo la órbita soviética. La destacada actuación de Marcin Kowalczyk en el rol principal no alcanza para rescatar al film de su discreta medianía; y quitarnos la sensación de que este “Dios” quedó en un plano bastante terrenal. (Jorge Alva)
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Más:
- El festival continúa hasta el 25 de mayo. Se puede ver la programación completa en la página web oficial: http://alestedelima.com/agenda.php
- La clausura del Festival se realizará en Fundación Telefónica el sábado 25 de mayo a partir de las 8:00 p.m. Más información aquí: https://www.facebook.com/events/383113938472919/
Al Este de Lima: las películas en competencia (I)
20 mayo, 2013 | Categoria Generales |
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La cuarta edición del festival de cine de Europa central y oriental “Al Este de Lima” nos ha permitido descubrir una serie de cintas que probablemente hubieran pasado desapercibidas de otra manera. Aquí presentamos las reseñas de tres películas cuyo visionado, en líneas generales, recomendamos.
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Sólo el viento, de Bence Fliegauf (Hungría, 2012)
Si bien se trata de una ficción con guion original, fue un hecho real el que motivó al director Bence Fliegauf a realizar esta película: el asesinato de una familia de gitanos húngaros por una banda de racistas. Sólo el viento cuenta un día completo en la vida de otra familia gitana perteneciente a la misma comunidad que los asesinados, y su angustia ante la posibilidad de un nuevo pogrom.
Fliegauf califica el racismo como una “serie fatal de errores de razonamiento” y una “estupidez”, que sin embargo se convierte en un problema estructural y una amenaza latente para una sociedad. Según dijo él mismo en un conversatorio posterior a la proyección, con esta película buscó alertar acerca del racismo aun persistente en Hungría, pues su primera impresión ante los ataques racistas fue la misma que tuvo ante el atentado contra las Torres Gemelas: preguntarse por qué nadie lo vio venir.
El pueblo gitano es representado de manera realista: los romaníes de Sólo el viento no son estereotípicos viajeros pintorescos, sino personas de clase trabajadora que se mantienen en un lento proceso de integración a la sociedad húngara moderna. La cámara en mano, aunada a una interesante fotografía muy natural y al empleo de actores no profesionales, contribuye a este realismo, que presenta similitudes estéticas con el cine del llamado “tercer mundo”, particularmente con cintas brasileñas como Ciudad de Dios.
Con estos recursos, y abordando valientemente un tema ante el cual muchos prefieren mirar a otro lado, Sólo el viento consigue su mayor logro: capturar con éxito y hacer al público testigo de la zozobra que agobia a una población sometida por la injusticia desatada a partir del odio de una extremadamente violenta minoría. (Marco R. Colombier)
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Vanishing Waves, de Kristina Buozyte (Lituania, 2012)
La primera película lituana en ser estrenada comercialmente en Estados Unidos y Canadá, Vanishing Waves bebe de las corrientes de la ciencia ficción clásica, agregándole una impecable cinematografía y un audaz componente erótico que la acerca al thriller psicológico. La historia, que quizás pudo haber sido escrita por alguien como Philip K. Dick, presenta a Lukas, un científico que se interna en los sueños de Aurora, quien se encuentra en coma, a través de una máquina transmisora de neuronas.
Con un presupuesto estimado de poco más de un millón de euros, Vanishing Waves, parece haber puesto hasta el último centavo en crear un producto audiovisual que mueva, emocione e impresione. Las viñetas de sueños eróticos, debido a su frenético ritmo y contundente estética, podrían ser cada una un excelente cortometraje.
Podemos reclamar a esta película deficiencias en la narración y la construcción de personajes. Las escenas en el laboratorio y los pequeños conflictos entre los científicos terminan por sonar superfluos y ser opacados por la trama de la relación entre Lukas y Aurora, la cual también presenta el problema de que sus motivaciones y deseos nunca son explorados a totalidad.
De cualquier manera, los mejores momentos de Vanishing Waves, la mayoría agrupada en la última media hora del filme, están destinados a quedar inevitablemente en la retina del espectador y también en sus oídos, gracias a la excelente musicalización de Peter Von Poehl. (Marco R. Colombier)
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La casa con la torreta, de Eva Neymann (Ucrania, 2012)
La directora ucraniana Eva Neymann nos ha traído una película muy envolvente. Al principio uno puede creer que se trata de otra más de esas trágicas películas sobre las miserias de la vida en medio de la segunda guerra mundial. En donde a veces a uno le provoca decir endurecidamente: “está bien, si la vida es tan miserable y triste, porqué no aprietas el gatillo de una buena vez”. Pero no, La casa con la torreta es una película, con todo ello, diferente. Está enriquecida con una serie de elementos expresivos que terminan por atraparte, en donde la música y la fotografía cobran un papel preponderante.
El film está basado en un cuento autobiográfico del escritor ucraniano Friedrich Gorenstein, célebre en el cine por trabajar junto a Andrei Tarkovski en el guión de la gran película Solaris —curiosamente Gorenstein también colaboró con Neymann en el guión de su ópera prima En el río. La casa con la torreta cuenta la vida de un niño que junto a su madre emprende un viaje en tren con destino a Moscú para hallar el paradero incierto del padre. El blanco y negro de toda la cinta nos debe remitir al invierno de 1944, mientras que la estación del tren con mujeres, ancianos y niños, los soldados conduciendo la actividad diaria, las calles derruidas, los hospitales repletos, el precario comercio ambulatorio y la pobreza de la gente, nos muestra un país devastado por la guerra que a pesar de estar en su etapa final esta parece nunca acabar.
Aquí la vida no es bella y los males que desencadena el conflicto armado se viven a cada momento: hambre, enfermedad y miseria. La extraordinaria música de Juergen Groezinger nos acompaña y nos cautiva, nos hace más llevadera tanta desolación, nos concede esperanza y nos invita a seguir el recorrido de la cámara que en precisas pinceladas nos muestra las preocupaciones de la gente que sobrevive a la pobreza y al peligro de la muerte. En Odessa se es muy consciente de que se puede morir en cualquier momento y el destino de todos sigue siendo incierto. Los bombardeos están muy naturalizados en la conciencia de los niños y los pocos hombres que quedan se debaten entre huir o pelear por la patria.
Para complicar las cosas, en medio del viaje, en plena estación del tren de un pueblo desconocido, la madre (Katerina Golubeva) cae enferma de tifus y termina en un frío y burocrático hospital del régimen comunista, en una amplia habitación llena de camillas y pacientes que se encuentran igual o tan peor que ella. Nuestro protagonista (Dmitriy Kobetskoy) a sus 8 años de edad, se ve forzado a experimentar en carne propia la vida de un adulto, y obligado por su destino a hacerse cargo de la situación, de sí mismo, de la vida en general. Eva Neymann nos regala a uno de los niños auténticamente más valientes de la pantalla grande.
Nos muestra de manera documental y poética la conciencia en evolución del menor, que inmediatamente resuelve enviar un telegrama a su abuelo informándole que necesitan su ayuda. Al regresar al hospital, la madre no mejora, las enfermeras le ordenan con dureza dejarla descansar. El menor tiene que pernoctar toda la noche. Eva Neymann explora aquí una intensa y muy lograda escena cinematográfica con la pesadilla del pequeño que cual sonámbulo recorre los pasillos del sanatorio viendo apariciones que lo asustan, puesto que teme por la vida de su madre. Nos acompaña una melodía minimalista y curiosamente siniestra de Erik Satie. Al instante la atmósfera se vuelve totalmente fantasmagórica y observamos un mundo de ficción perfecta, celebramos la magia del cine. En fin, tantas cosas más. Lo cierto es que Eva Newmann nos sabe llevar al ritmo cadencioso de un tren por una implacable historia con un final abierto y provocativo que nos deja con la sensación de que hemos presenciado una gran película. (Miguel Vidal)
Más:
- Terminadas las primeras funciones de todas las películas en competencia publicaremos nuestras impresiones sobre el resto de las películas en competencia.
- El festival continúa hasta el 25 de mayo. Se puede ver la programación completa en la página web oficial: http://alestedelima.com/agenda.php
- Un interesante comentario de Bence Fliegauf a su propia película puede leerse en la página de Facebook del festival.
“Cinema comunista” inauguró el festival Al Este de Lima
17 mayo, 2013 | Categoria Generales |
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Por: Marco R. Colombier
Anoche, en el Museo de Arte de Lima, se dio inicio a la cuarta edición del Festival de Cine de Europa Central y Oriental “Al Este de Lima”, un evento que da a los limeños la posibilidad de ver las novedades de un cine que, si bien presenta un nutrido canon de directores consagrados, los últimos avances del mismo se perciben como exóticos y distantes.
Luego de las palabras de la directora del MALI, Natalia Majluf, y de David Duponchel, el organizador del festival, habló la embajadora de Polonia, Izabela Matusz, quien recordó a los directores más famosos de su país, como Polanski, Kieslowski y Wajda. Matusz comentó que, gracias a la nueva legislación, desde el 2005 se puso en marcha en su país un fondo de promoción de su cine, que – según dijo – sería la base de un nuevo despegue del cine polaco, que en este festival trae el documental Hazlo por el bosque a la competencia, así como la sección experimental del videasta Zbigniew Rybczynski.
La siguió la encargada de asuntos culturales de la embajada de la República Checa, Barbora Ševciková, quien destacó la obra de Milos Forman, cineasta homenajeado del festival, cuya película ganadora del Oscar, Amadeus, se expondrá en versión director’s cut. En seguida, la directora del Goethe-Institut, Petra Behlke-Campos, resaltó la cooperación alemana en películas de Europa oriental, como Sólo el viento, producción húngara-franco-alemana que ganó el premio del jurado en la Berlinale.
UN PAÍS QUE YA NO EXISTE, EXCEPTO EN LAS PELÍCULAS
Estuvo correctamente seleccionada la película de apertura del festival, Cinema comunista, documental de la serbia Mila Turajlic, que, empleando registros de docenas de películas producidas por el estado en la Yugoslavia de Josip Broz Tito, así como los testimonios de personas que fueron parte de esa fenecida industria, hace una metáfora de la caída del régimen socialista que llevó al desmembramiento de Yugoslavia en varias naciones.
Cinema comunista sorprendió por su entretenido ritmo, su demostración de meticulosidad en la búsqueda de fuentes (tanto testimoniales como cinematográficas), y por esa carga de humor negro que solemos notar en las producciones de Europa del este. Nos enteramos por Cinema comunista que Tito era un empedernido cinéfilo que, según la cuenta que llevaba su proyeccionista personal, llegó a ver más de 8 mil películas en su vida.
No es raro entonces que, siguiendo la prédica de Lenin acerca de que el cine era la más importante de todas las artes para la formación de las masas, Tito se convirtiera en una suerte de director que imagina una realidad alterna para su país. Las imágenes de las abandonadas instalaciones de la una vez fulgurante compañía cinematográfica Avala, en Belgrado, transmitieron un fuerte sentimiento de nostalgia, así como las imágenes de las películas de propaganda partisana, en las que cientos de soldados nazis eran abatidos por el actor Bata Zirojnovic.
Después de la ruptura entre Tito y Stalin, la industria yugoslava se abrió a las producciones del otro lado de la cortina de hierro, es decir, de Hollywood. Estrellas del cine occidental fueron a Yugoslavia, atraídas por las enormes cantidades de dinero que dedicaba el gobierno a la industria del cine. Resaltan las declaraciones de Orson Welles, que en su momento dijo que Tito era “el hombre más grande” del mundo. La primera producción partisana de alto presupuesto, La batalla de Neretva, llegó a ser nominada al Oscar a Mejor Película Extranjera en 1969, pero perdió ante Z de Costa-Gavras.
Cinema comunista es una entrañable mirada a un país que ha cobrado cualidades casi místicas para una gran parte de la población de las repúblicas de la ex Yugoslavia. Este filme nos demuestra que, como dice uno de sus epígrafes, “el cine tiene el poder para cambiar la historia”.
Más datos
- El festival continúa hoy con siete proyecciones, entre ellas la de Amadeus, de Milos Forman, en su versión director’s cut (Plazuela de las Artes, 19:00).
- También se estrenarán tres películas en competencia: La casa con la torreta, Sólo el viento (con la presencia del director, Bence Fligauf) y Vanishing Waves, todas en el UVK de Larcomar.
- Cinema comunista podrá verse de nuevo el domingo 19 en el MALI, el martes 21 en La Ventana Indiscreta y el miércoles 22 en el Cineclub de Pueblo Libre.